Llueve, o más bien debería llover. Mi madre ha muerto. Pensó el funesto cuerpo que decaído miraba una tumba, aquella con menos flores, menos gente y menos lágrimas puliendo el epitafio menos largo. “Nunca te olvidaremos” Nunca te olvidaremos… ojalá hubiese más gente. La tristeza inundaba el día más soleado [...]
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